diumenge, 24 de novembre del 2019

Microrrelatos del Día de Muertos

El día 2 de noviembre se celebra el Día de Muertos. Si bien es cierto que nuestra tradición europea  ha primado la celebración del Día de Todos los Santos el 1 de noviembre, en México el día 2 es una gran festividad, mucho menos atormentada y más llena de color que la del Viejo Continente.

Nosotros hemos querido celebrarlo y rendirle homenaje con un concurso de microrrelatos donde, por unos días, los muertos y los vivos se reencuentran, exactamente igual que defiende la creencia al otro lado del océano. Aquí dejamos los relatos ganadores. ¡Que los disfrutéis!

Fotos by @barbutfotograf 


HOY ES 2 DE NOVIEMBRE. Yasmina Barghighag, 4ESO A

El día ha comenzado y  ya no es mío. Soy una extraña en mi propia guarida. Hoy es 2 de noviembre. Sí, el día ha comenzado lloviznando. El cielo llora; o no. Lloran las flores que ya no olerán a nada. Lloran los vivos por la falta de alguien, y lloran los muertos por la falta de vida. Todos lloran.
El día ha comenzado y con él el silencio con su ruido de fondo. Pero hoy es 2 de noviembre, Día de Muertos. Hoy el silencio es secundario y nosotros seremos de nuevo un lugar lleno de tatuajes en esquelas con adornos de flores por todas partes, y un silencio con su ruido de fondo. 

EMPEZAMOS A HABLAR. Coumba Toure, 2ESO A
Empezamos a hablar. Ellas me llevaron a un hermoso lugar donde todos eran felices. Era el puente. 
Por eso estaban tan felices, porque hoy podían ir a ver a los suyos.
-Así que aquí se forma el puente...
Era un hermoso lago, se podían ver los dos extremos de él: uno en el mundo de los Muertos y otro en el mundo de los Vivos. 
Pasamos juntas toda la noche, hasta que salió el sol y tuvieron que irse. Nos despedimos, pero antes de que se fueran, les pregunté:
-¿Quién lo  hizo?- Ellas me sonrieron y contestaron: "Eso ya no importa".
La respuesta me confundió durante unos instantes, pero luego lo entendí. Vi cómo volvían a sus tumbas. Antes de irme eché un vistazo a las lápidas y en una ponía: "Visítanos más a menudo, que aunque no nos veas, estamos ahí". Sonreí.
A partir de aquel año, las visitaba cada día. Y siempre sentía sus cállidas sonrisas conmigo.


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