Nosotros hemos querido celebrarlo y rendirle homenaje con un concurso de microrrelatos donde, por unos días, los muertos y los vivos se reencuentran, exactamente igual que defiende la creencia al otro lado del océano. Aquí dejamos los relatos ganadores. ¡Que los disfrutéis!
Fotos by @barbutfotograf
El día ha comenzado y ya no es mío. Soy una extraña
en mi propia guarida. Hoy es 2 de noviembre. Sí, el día ha comenzado
lloviznando. El cielo llora; o no. Lloran las flores que ya no olerán a
nada. Lloran los vivos por la falta de alguien, y lloran los muertos por
la falta de vida. Todos lloran.
El día ha comenzado y con él el silencio con su
ruido de fondo. Pero hoy es 2 de noviembre, Día de Muertos. Hoy el
silencio es secundario y nosotros seremos de nuevo un lugar lleno de
tatuajes en esquelas con adornos de flores por todas partes, y un
silencio con su ruido de fondo.
Empezamos a hablar. Ellas me llevaron a un hermoso lugar donde todos eran felices. Era el puente.
Por eso estaban tan felices, porque hoy podían ir a ver a los suyos.
-Así que aquí se forma el puente...
Era un hermoso lago, se podían ver los dos extremos de él: uno en el mundo de los Muertos y otro en el mundo de los Vivos.
Pasamos juntas toda la noche, hasta que salió el sol
y tuvieron que irse. Nos despedimos, pero antes de que se fueran, les
pregunté:
-¿Quién lo hizo?- Ellas me sonrieron y contestaron: "Eso ya no importa".
La respuesta me confundió durante unos instantes,
pero luego lo entendí. Vi cómo volvían a sus tumbas. Antes de irme eché
un vistazo a las lápidas y en una ponía: "Visítanos más a menudo, que
aunque no nos veas, estamos ahí". Sonreí.
A partir de aquel año, las visitaba cada día. Y siempre sentía sus cállidas sonrisas conmigo.
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